Región del Bío Bío.- Con la finalidad de verificar en terreno el arribo de aves migratorias a los humedales de la región del Bío Bío, funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) se encuentran realizando vigilancia en los humedales Tubul – Raqui, en la provincia de Arauco, desembocadura del río Itata en la provincia de Ñuble, y desembocadura del río Andalién – Isla Rocuant en la provincia de Concepción, acción que permitirá evaluar el riesgo de ingreso de influenza aviar a nuestro país, enfermedad que afecta a las aves y que en Estados Unidos ha registrado más de 230 focos, sacrificándose cerca de 50 millones de aves.
“Comenzamos a visitar los humedales que caracterizamos de mayor riesgo en nuestra región, lo que nos permite identificar las especies residentes y las que llegan a nuestro país desde el hemisferio norte y estimar su fecha de arribo. En este momento solo hemos logrado identificar aves que son residentes”, destacó el Director Regional del SAG, Jaime Peña Cabezón.
Durante estas visitas funcionarios del SAG observaron dos bandadas de rayadores, de unas 150 aves cada una, además de zarapitos, gaviotínes sudamericano, cisnes coscorobas, gaviotas cahuil y dominícanas, cormoranes, patos gargantillos, y pelícanos.
Por su parte, el encargado regional de Protección Pecuaria del SAG de Bío Bío, Eduardo Führer Jimenez, informó que “la principal vía de ingreso de la enfermedad es por el contacto entre aves migratorias (que son portadoras del virus) y aves comerciales, que en caso de contagio puede provocar la mortandad de un 100% de éstas, en un plazo de 48 a 72 horas, por ello la importancia de una vigilancia activa en los humedales y el muestreo de las aves caseras en las cercanías de los humedales, monitoreo que comenzaremos en diciembre”
En este sentido el profesional del SAG recordó que funcionarios del SAG censaron a todos los pequeños tenedores de aves ubicados a 2 kms. a la redonda de los humedales y de los planteles avícolas, algunos de los cuales serán muestreados la primera quincena de diciembre. Asimismo en el caso de los planteles avícolas se aplicó una pauta de evaluación de la bioseguridad en los planteles, la cual permitió conocer la realizar de cada uno de ellos y realizar las recomendaciones sobre las medidas a implementar en el control, limpieza y desinfección de todas aquellas posibles fuentes que podrían arrastrar el virus, como aves, personas, vehículos, maquinarias, etc.