Este tipo de armadillo sólo se registra en la zona austral de nuestro país, por lo que se sospecha que fue trasladado como mascota hasta nuestra región.
Gracias a una denuncia realizada por una familia de Coquimbo, funcionarios de la oficina sectorial de Elqui en la Región de Coquimbo pudieron ir al rescate de un Chaetophractus villosus, más conocido como “quirquincho peludo”, el cual se encontraba cavando una madriguera debajo de la casa de la familia que realizó la denuncia.
De esta manera es que los funcionarios concurrieron a su rescate percatándose que el armadillo se encontraba habituado a la presencia humana. El Jefe de Oficina de la Provincia de Elqui, Jaime Rodríguez explicó que “esta especie no se encuentra en nuestra región, ya que en Chile sólo se registra su presencia en la zona austral, lo que sumado a que no teme a la presencia humana, nos hace creer que este quirquincho llegó a nuestra región como mascota”.
El quirquincho peludo se encuentra registrado por la Ley de Caza como una especie con densidades poblacionales reducidas y en peligro de extinción, por lo que en Coquimbo hacen un llamado proteger nuestra fauna nativa: “Las personas que no cumplan con el reglamento de la Ley se arriesgan a multas que van desde las 1 a las 100 UTM además de presidio menor en sus grados mínimo a medio, ya que el quirquincho peludo es una especie protegida por la Ley de Caza, por lo que su caza y captura se encuentran prohibidas”, agregó el Director Regional del SAG, Jorge Fernández.
El quirquincho es un animal que posee un caparazón castaño y cuya cabeza y cola están cubiertas con placas, tiene hocico largo, ojos pequeños y sus patas están provistas de fuertes pezuñas con las cuales cavan sus madrigueras a poca profundidad en las que buscan protección ante depredadores, el exceso de frío en invierno y el calor del verano.
Su hábitat se caracteriza por ser de suelos arenosos, como la Patagonia, y tener vegetación de pastizales. Ante cualquier amenaza, se oculta dentro de su caparazón y se aplasta contra el suelo, así los atacantes no pueden llegar hasta su blando vientre.