En una solemne ceremonia transmitida a través de internet, y que fue encabezada por su Director Nacional, Horacio Bórquez Conti, el Servicio Agrícola y Ganadero celebró 53 años de existencia desde su creación, en 1967.
Ante un auditorio vacío desde el cual se transmitió el evento, el Director de la institución hizo un recorrido por los principales hitos conseguido por intervención del Servicio en los últimos meses, junto con reconocer la esforzada labor que han desempeñado los funcionarios y funcionarias históricamente a lo largo del país como garantes del patrimonio fito y zoosanitario, y en especial durante los complicados meses en que se ha continuado con el despliegue en terreno a pesar de la pandemia por Covid-19. “Detrás de estas cámaras están ustedes, los más de 4 mil funcionarios y funcionarias del servicio que se encuentran conectados de Arica a Magallanes, y un número de importantes invitados a esta celebración. A todos quiero decirles que el SAG es una institución que siempre ha respondido a los chilenos, y que, pese a esta pandemia, no hemos dejado de cumplir con nuestras funciones y seguimos trabajando en terreno o desde nuestros hogares sin bajar los brazos”, señaló Horacio Bórquez.
Agregó que uno de los focos de su gestión es impulsar la modernización del Servicio, lo cual ya se ha visto reflejado en diversos ámbitos de acción SAG, así como en la digitalización de trámites y de procesos internos, sumado al impulso que se ha dado a la revisión de las normativas relativas al Servicio que se trabajan al amparo de la Comisión Asesora de Normativas, presidida por el Ministro de Agricultura Antonio Walker, quien envió un emotivo saludo a quienes componen el SAG, lo mismo que el Subsecretario de Agricultura, José Ignacio Pinochet.
El Director Nacional del SAG concluyó haciendo un sentido llamado a los funcionarios enfrentar este momento con esperanza y compromiso: “El desafío para los años que vienen es continuar creciendo sin perder de vista los principios que dieron base al nacimiento de nuestro SAG, una institución al servicio de la ciudadanía. Una ciudadanía que más allá de los números, tiene rostros: son personas, familias que viven del campo, donde muchas veces nuestras acciones impactan en forma directa en la calidad de sus vidas. Esta crisis genera oportunidades. Y es ahora, más que nunca, cuando debemos actuar generando lazos más estrechos, escuchando sus problemas y haciéndolos partícipes de las soluciones”.