El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) decretó una alerta fitosanitaria luego que se detectaran dos ejemplares de Lissachatina fulica, conocido como caracol gigante africano, en el país. El primero de ellos se encontró en plantas ornamentales de ingreso ilegal en la región de Tarapacá y el segundo ejemplar se detectó en la región de Arica y Parinacota.
El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, detalló el trabajo que está haciendo el SAG en la detección de esta nueva plaga. “Frente a este problema, que es una zoonosis, el SAG está en alerta, muy activo. Se está trabajando para que los perros del SAG reconozcan a este caracol mediante el olfato, para así poder ser más eficaces en su control. Tenemos que erradicarlo, cuando este caracol crece puede ir dominando y comiendo áreas completas con un daño muy importante a los ecosistemas y a la agricultura”, señaló.
Por su parte, la directora (s) nacional del SAG, Andrea Collao dijo que esta es una especie que no es plaga en nuestro país, pero se ha detectado en Chile. “Quisiera hacer énfasis en que el caracol gigante africano es una plaga, pero que no está presente en nuestro país, eso hay que dejarlo super claro. Si hemos detectado la presencia de dos ejemplares en Iquique y Arica y hoy lo vamos a mostrar para que se vea la diferencia con el caracol chileno normal, que todos conocemos”, señaló.
Esta plaga puede ocasionar importantes daños a la agricultura y al medio ambiente, ya que podría portar nematodos que ponen en riesgo la salud de las personas. Por ello el llamado del SAG a la ciudadanía es a no comprar productos vegetales en el comercio ilegal y a denunciar al servicio la eventual presencia de este caracol, que es considerado como una de las 100 especies exóticas invasoras más peligrosas del mundo.
El SAG ya ofició sobre estos hallazgos a las autoridades del Ministerio de Salud, estableciendo las coordinaciones necesarias por constituir un riesgo de zoonosis. Junto con ello, el Laboratorio de Malacología del SAG descartó que los ejemplares detectados en el país estuvieran contaminados con los nematodos parásitos que causan enfermedades a las personas y que se transmiten a través secreciones y baba contaminada del caracol.
En esta línea, la directora (s) del SAG, Andrea Collao, dijo que el servicio está “haciendo todas las coordinaciones con el Ministerio de Salud, ya que el caracol -dentro de todo lo dañino que puede ser- puede generar una zoonosis, por lo que es importante la coordinación con el Minsal y, por eso, ambos caracoles interceptados fueron analizados en los laboratorios del SAG y se ha determinado que estaban libres de plagas”.
El jefe de sanidad del SAG, Marcos Muñoz, enfatizó las características físicas del caracol, para poder diferenciarlo del animal originario de Chile. “Es importante poder diferenciar este caracol con las especies que están presentes en el país. Los caracoles terrestres que tenemos son redondos en cambio esta especie es muy cónica con manchas cafés muy marcadas y, principalmente, el tamaño los diferencia ya que estos ejemplares adultos alcanzan los 30 centímetros de longitud”, dijo.
Desde el punto de vista agrícola, el caracol gigante africano es omnívoro, con un apetito voraz, causando un gran desmedro en las plantas cultivadas. Se trata de una especie hermafrodita, que alcanza altas poblaciones, las que llegan a vivir hasta 10 años. Su impacto en el medio ambiente también es considerable por su gran capacidad para desplazar a poblaciones de caracoles nativos (muchos de ellos endémicos) al competir por el mismo hábitat y alimento, y por la depredación de flora nativa, entre otros impactos.
Frente a esta amenaza, el SAG ha redoblado su trabajo de vigilancia y fiscalización en las áreas consideras más vulnerables, como ferias libres, depósitos de plantas y viveros, florerías y ferias tripartitas en la zona norte del país. Además, se ha levantado una alerta en todos los controles fronterizos, trabajo que está siendo reforzado con el entrenamiento de canes detectores de la Brigada Canina del SAG para la identificación de esta plaga a través del olfato.
El jefe de sanidad del SAG llamó a ser cuidadosos con la detección de esta plaga, ya que “esta es una plaga altamente agresiva para el sector agrícola y puede afectar a más de 500 especies vegetales, alimentándose del follaje, de los tallos y los frutos. También tiene una derivada en la salud pública de las personas, produciendo enfermedades a través de un parásito del que puede ser portador y es considerada una de las 100 especies más invasoras a nivel mundial”.
Características del caracol gigante africano
La Lissachatina fulica corresponde a una plaga cuarentenaria ausente para Chile pero que se encuentra presente en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela, produciendo un fuerte impacto en los territorios donde se ha introducido.
Cabe señalar que el primer hallazgo en nuestro país se realizó tras una denuncia ciudadana al SAG Tarapacá, por lo cual el Servicio procedió a la fiscalización de depósitos de plantas y viveros en el sector del terminal agropecuario de Iquique, donde se detectó la presencia de especies ornamentales afectadas por la plaga que se encontraban ocultas.
La segunda detección se concretó tras una denuncia por redes sociales de una persona que lo ingresó al país como recuerdo desde Brasil, no percatándose que una de las caracolas que recogió en las playas de Florianópolis aún contenía en su interior a este peligroso molusco.
La directora del SAG también precisó que “si se encuentran con un ejemplar, deben denunciar al Servicio Agrícola y Ganadero. La gran diferencia es la caracola, que es cónica y se asemeja más a una caracola marina a diferencia del caracol típico chileno de tierra y lo más importante es que cuando crece llega a medir 30 centímetros”.
Entre las características de este molusco destacan que es considerado un caracol polizón, es decir, la forma de ingreso al país podría ser adherido en maletas, autos, material de embalaje, etc. A ello se suma que por su atractivo físico -puede llegar a medir hasta 30 centímetros- en muchos países ingresó como mascota exótica (adquirida en el comercio ilegal), la cual luego fue liberada en el medio ambiente causando un grave daño al ecosistema.
Ante este tipo de detecciones, el SAG reitera la importancia de no ingresar a Chile con caracoles pues representan un riesgo no solo por ser una peligrosa plaga silvoagropecuaria, sino como portadores de graves enfermedades para las personas. El llamado a la ciudadanía es que ante la sospecha de la presencia de este caracol terrestre en el país, no se le manipule y se ponga de inmediato en contacto con el SAG a través de su call center llamando al 223451100; escribiendo al mail oficina.informaciones@sag.gob.cl.