“Hemos acordado con la industria enriquecer y actualizar nuestro reglamento de bioseguridad para que la industria, en una forma de autoevaluación y también de superación activa por parte del SAG, extreme las medidas de bioseguridad” comenzó diciendo el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, respecto de la creación del denominado Sistema de Bioseguridad Animal que comenzará a poner en práctica el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
El protocolo tiene como fin elevar el estándar de trabajo de los establecimientos animales, pero también en los productores medianos y pequeños de la industria, no solo avícola -a propósito de la expansión de la influenza aviar-, sino que también de las afecciones animales de manera global, manejo que ya existe pero que hoy se quiere reforzar.
“Los protocolos existen hace mucho tiempo. Lo que hace este reglamento es enriquecerlos y estructurarlos, porque ya se han venido cumpliendo con bastante eficacia (…) Recordemos el primer caso en Rancagua, han pasado 40 días desde el 13 de marzo, y no ha habido ningún otro caso en toda la provincia de Cachapoal, es decir hay una experiencia de bioseguridad muy activa” sostuvo el ministro Valenzuela.
En los próximos días el SAG publicará instructivos, que han trabajado sus expertos y que ya están a punto de promulgarse, donde se detallan las acciones que los establecimientos tendrán que tomar para cumplir con esta norma que será clave para aumentar la seguridad en este ámbito, estableciéndose un periodo de difusión antes de la entrada en vigencia de la norma, con el fin de brindar la información necesaria a los productores/as y de recibir la capacitación necesaria para cumplir las nuevas exigencias de forma progresiva.
En referencia a esto la directora nacional (S) del SAG, Andrea Collao, aclaró que “esta semana se van a entregar las bajadas de este reglamento general que tiene que ver con ‘una’ para los grandes establecimientos del rubro avícola y ‘otra’ para la Agricultura Familiar Campesina”.
Asimismo, la autoridad sostuvo que “habrá una marcha blanca con un plan comunicacional donde todos los actores podrán conocer cuáles serán las medidas”.
Por su parte Carlos Orellana, jefe de la División de Protección Pecuaria del SAG, reconoce que, en todos estos meses de trabajo, producto de la llegada al país de la influenza aviar “hemos logrado un desarrollo armónico que da garantías de seguridad alimentaria. Y la construcción de este marco normativo es fruto de este trabajo público-privado y esto es relevante, porque se sientan las bases para el desarrollo de la avicultura de los próximos años”, enfatizó.
Se espera que una vez que los manuales y/o instructivos, de acuerdo a especie y/o rubro, se encuentren vigentes, el SAG otorgará un plazo de al menos 1 año para que los establecimientos implementen las medidas de bioseguridad que la autoridad determine.