Si bien no era un ejemplar de picaflor de Arica (Eulidia yarrellii), sino que un picaflor del norte (Rhodopis vesper), también protegido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), se pudo realizar su rescate y liberación de manera exitosa.
El ejemplar fue rescatado de la Biblioteca Pública Municipal, ubicada en la Población Tarapacá Oriente, de la ciudad de Arica, el que se encontraba atrapado en un traga luz del inmueble. Gracias a la acción oportuna de profesionales de Recursos Naturales Renovables del Servicio Agrícola y Ganadero fue posible su rescate y posterior reinserción en su hábitat.
El ave fue identificada como un picaflor del norte en estado adulto. Dicho ejemplar se encontraba en buenas condiciones, por lo que fue llevado al Santuario del Picaflor, propiedad de María Teresa Madrid, en el kilómetro 13 del Valle de Azapa, donde existe una diversidad de plantas que proveen el alimento necesario (flores nectaríferas) para que el picaflor se desarrolle de manera óptima.
El picaflor del norte, junto con el picaflor de Cora (Thaumastura cora), son las especies que han ido ganando espacio y compiten por agua y alimento con el picaflor de Arica en los valles y quebradas del norte. El picaflor de Arica es más pequeño (7 a 8 cm) y de menor peso (menos de 4 gramos) que los anteriores; condición que también lo hace más sensible a las aplicaciones de plaguicidas que frecuentemente se usan en la producción agrícola de los valles de la provincia.